Gimnasia puntero, con 30 puntos. Atrás, River con 28, igualando a Godoy Cruz. Los hinchas riverplatenses sueñan con consagrarse, ir dejando atrás el recuerdo inexorable del descenso, tratar de ocultar con algo esa mancha imborrable. Necesitan que su equipo gane estas tres fechas y dependen de que Gimnasia pierda al menos una. Y acá surge el tema del debate: en la última fecha, el Lobo se enfrenta a... Boca. Qué lío, ¿no? Así, los gallinas exclaman "¡Estos bosteros son tan amargos que seguro se tiran atrás para que River no salga campeón, como lo hicieron en 1991 contra Oriente Petrolero, para que River no clasifique a la Copa!".
Da risa, ciertamente. Porque hablan de "tirarse atrás" como si fuera un delito, cuando ellos lo hicieron en el 1998. Sí, como lee. En dicho año, Boca lideraba el torneo Apertura y atrás venía Gimnasia, que si ganaba quedaba a un punto. Faltaban 18 unidades por jugarse aún, cuando en la fecha 13 River visitaba al Lobo. Y, ¿qué pedían los hinchas de River que concurrieron al partido? Perder. Le pedían a sus jugadores perder.
En el partido, Juan Pablo Ángel convirtió el primer tanto a favor del equipo de Núñez, y los gallinas gritaron el gol. Pero, sin embargo, pasaron los minutos y con cada gol que Gimnasia le propinaba a su equipo, lo gritaban como si se tratase de un gol a favor. ¡Los gallinas gritaron los 3 goles que el equipo de La Plata les metió, sólo porque así éste se arrimaba al Xeneize en lo alto de la tabla! Y los emplumados le pedían a sus jugadores que se dejaran hacer más goles, y que no intentaran contrarrestar la derrota. Exigían perder para que Boca no saliera campeón, y gritaban los goles. Y, para rematarla, ¿saben lo que cantaban los hinchas de River? Coreaban: "Movete River movete, movete dejá de joder, que esta hinchada está loca, hoy tenemos que perder". O sino "Che Gimnasia, che Gimnasia, la puta que te parió, te ponemos la tercera, para que salgas campeón".
Ahora, si tirarse atrás en un partido para que el equipo rival no salga campeón es un acto de cobardía, eso queda a su criterio. Lo que decimos, ahora, es que más allá de lo que haga Boca en la última fecha de este campeonato (que si no se preocupa por perder 3 puntos referencia la clara indiferencia al promedio, zona que sin embargo atormenta a River Plate por el resto de su vida), es indiscutible que River también se tiró atrás para que su clásico no saliera campeón. La mentira se acabó, gallina. Una vez más.
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